La evolución de la filosofía de las correcciones
Según el entorno existente en cada momento, la sociedad puede ser drenada por la guerra, la paz, el hambre o los tiempos de abundancia.
Estas condiciones influyeron en las opiniones públicas asociadas con ambos delitos y sus castigos relacionados. Sin embargo, como con cualquier esfuerzo humano fomentado en un mar de esperanza y extracción de justicia, somos testigos de una lenta transformación de la venganza personal a nuestra actual procesión ordenada de reglas y normas de justicia.
Entramos en la línea de tiempo de la historia europea en una etapa en la que todos los actos de justicia personal han quedado atrás y la sociedad ha creado una subcultura tras las rejas para manejar aquellos elementos dentro de nuestra sociedad que no siguen el formato prescrito que identifica el bien del mal. Un delincuente ya no podía escapar de la justicia huyendo a la fortaleza de su familia en busca de protección unida como se hacía con frecuencia en aquellos días antiguos. La represalia por parte de la familia ya no era una forma aceptada de justicia.
El delincuente público en la Europa medieval soportaba castigos extremadamente duros que iban desde la tortura hasta la muerte.
En este momento no discerniré este artículo con temas tales como la doncella de hierro u otros instrumentos tortuosos frecuentemente justificados para obtener una medida de justicia en esos días. Desde la Edad Media, nuestro sistema de justicia avanza lentamente con pequeñas mejoras.
Durante el siglo XVII, el mandato disponible reservado para el comportamiento delictivo era organizar varios eventos a la vista del público. Estas medidas fueron un esfuerzo no solo para avergonzar al delincuente, sino también para disuadir a otros de repetir delitos similares. Dichos procedimientos incluían el uso de la picota, los azotes públicos del delincuente, la marca y el empleo de las acciones. A menudo, muchos delitos, incluso infracciones menores, dieron lugar a la pena de muerte.
Las primeras prisiones en Europa eran simplemente una serie de salas de detención donde se podía colocar a un delincuente mientras esperaba su juicio o para recibir su justo castigo. Rara vez, si es que alguna vez, se utilizaron las prisiones solo como una forma de castigo. Las prisiones de la época carecían de un mantenimiento adecuado y, con frecuencia, estaban sucias y servían como caldo de cultivo para una variedad de enfermedades repugnantes. Muchos reclusos murieron como resultado de enfermedades de contacto mientras estaban recluidos en estos entornos penitenciarios. Se dio un gran salto cuando se estableció la primera casa de corrección. Estas instalaciones albergaban a los delincuentes menores de la nación, a los desordenados oa los vagabundos que se encontraban en la ciudad.